jueves, 9 de diciembre de 2010

Quiere ser. No quiere ser. Quiere ser a medias. Quiere todo. No quiere nada. Tiene, no tiene. Sabe, no sabe. Piensa, no piensa. Habla, no habla, calla. Está indecisa. No sabe que hacer. Bueno, mejor dicho, no tiene ni puta idea de que hacer. De que pensar, de que querer, de que sentir. No tiene ni puta idea de nada. Y espera. Espera algo que le haga darse cuenta de que es lo mejor, espera alguna señal que le ayude a tomar el camino correcto, el ideal, el que le lleve hasta esa gran desconocida llamada felicidad. Pero, lo que no sabe, lo que ella desconoce es que nadie va a decidir por ella. Que no hay un camino trazado en el que ir para ser feliz. Que las cosas no son fáciles. Que no hay hadas madrinas ni príncipes azules, de eso solo hay en los cuentos. Ella no sabe que la felicidad no se vende con unos pantalones en Zara. La felicidad se encuentra en el día a día, viviendolo al máximo, quitandose el miedo de encima, y nunca mirando hacia atrás. No se trata de buscar el camino correcto, se trata de seguir el tuyo, y ¡vivirlo!Cuesta, no es fácil, pero se consigue, y yo lo conseguí, soy feliz, mucho.

1 comentario:

  1. es todo un lujo pasearme por tu blog
    un fuerte abrazo desde Reus Catalunya

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